La Axarquía: Pionera en el Uso del Agua del Mar para Lavapiés Playeros
¿Lavapiés con sabor a mar? Puede que en 2026 ya no sea una rareza, sino el nuevo estándar.
20 de mayo de 2025 (20:42 h.)

En un contexto de creciente preocupación por la sostenibilidad y la gestión eficiente del agua, la comarca malagueña de la Axarquía podría marcar un hito en la adaptación al cambio climático y la conciencia medioambiental. La Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Oriental ha reactivado un ambicioso proyecto: utilizar agua del mar para abastecer los lavapiés en las playas. Una medida simbólica, pero cargada de intención, que aspira a convertir la crisis hídrica en una oportunidad de innovación.
Aunque este último año hidrológico ha traído lluvias generosas, los embalses de Málaga apenas se han repuesto tras una de las sequías más intensas en décadas. En ese clima de recuperación moderada, las decisiones sobre los servicios de playas han sido dispares. Mientras Málaga capital y la Costa Occidental han anunciado la restitución de duchas y lavapiés a partir del 15 de junio, en la Axarquía –con la excepción de Nerja– se opta por una solución intermedia: activar solo los lavapiés como medida de concienciación ciudadana.
Una propuesta que bebe del mar
Inspirándose en modelos como el de Benidorm, donde ya se emplea agua salada en estos dispositivos, la Axarquía pretende seguir el mismo camino. Jesús Carlos Pérez Atencia, primer teniente de alcalde y concejal de Turismo de Vélez-Málaga, anunció que ya se han solicitado las autorizaciones pertinentes a la Junta de Andalucía y al Gobierno central para poner en marcha esta iniciativa de forma experimental en 2026.
"Queremos que esto se incorpore a los planes de playas como una alternativa sostenible. A pocos metros del litoral ya tenemos acceso al agua de mar. No es una ocurrencia, es una solución que ya funciona en otras zonas del país", señaló Atencia, apuntando directamente al marco legislativo de la Ley de Costas como garante de igualdad territorial.
Entre la voluntad política y la burocracia
Aunque la propuesta ha sido bien acogida, no estará exenta de obstáculos. La normativa vigente requiere informes técnicos, impacto ambiental y autorizaciones interadministrativas. No obstante, la Mancomunidad confía en que la experiencia piloto sirva como modelo para otras zonas costeras.
“Estas cosas tardan, no son fáciles, pero si insistimos y trabajamos juntos, lo conseguiremos”, remarca Atencia. El plan no solo busca ahorrar agua potable, sino también lanzar un mensaje claro a la ciudadanía: cada gota cuenta, incluso en gestos tan simples como enjuagarse los pies al salir de la arena.
Una transición simbólica pero necesaria
Esta medida se inserta en una narrativa mayor: cómo transformar hábitos cotidianos para hacer frente a retos globales como la escasez hídrica. Frente a la inercia del derroche, la propuesta de la Axarquía nos invita a repensar la relación con nuestros recursos naturales y a asumir que la sostenibilidad empieza por lo local.
Si prospera, esta experiencia puede convertir a la Costa del Sol Oriental no solo en un destino turístico, sino también en un referente de resiliencia y responsabilidad ecológica en tiempos de cambio.